Se dice que hace mucho tiempo, para ser exactos en la Prehistoria, en la época del Paleolítico, vivía en una cueva situada en el monte una tribu de personas jóvenes,vestidas con pieles de animales. La cueva tenía muchos dibujos de los animales que cazaban y todos parecían muy felices, salvo una niña.Su familia la abandonó cuando era un bebé y todavía no la ha encontrado,anda siempre perdida y cabizbaja, hasta que un día decide ir en busca de su familia, si todavía siguen vivos.
Se escapó de la aldea por la noche, cogió armas y algo de comida y se puso en camino. Ni siquiera sabía a dónde iba a ir ni si encontraría a su familia.
De pronto oyó unos ruidos como de personas, siguió caminando y se encontró a un grupo de gente. Pasó delante de ellos:
-¿Cómo te llamas? Preguntó un chico de aquel grupo
-Ella contestó: - No sé mi nombre, mis padres me abandonaron cuando era un bebé y todavía no les he encontrado.
- ¡Ven con nosotros! La dijo una muchacha que estaba por allí.
-Lo siento, no puedo estoy en busca de mis padres.
-Nosotros vamos en la misma dirección que tú,si quieres podemos ayudarte a buscar.
- ¡Vale!, ¡Muchas gracias!
Se pusieron en marcha. Con ellos sí que se sentía segura y muy a gusto.
Pasaron muchas horas y conoció e hizo muchos amigos, uno en especial, llamado Josué. Hicieron muy buenas migas e iban todo el rato juntos.
Se lo estaba pasando estupendamente pero… tenía mucha hambre, todos tenían hambre y, entonces los chicos se pusieron a cazar y las chicas a hacer abrigos con la piel de los animales que cazaban.
Se hizo de noche y se quedaron a dormir en una cueva vacía.
Al día siguiente se pusieron en marcha para ir a buscar a la familia de la niña perdida. Tras muchas horas de viaje, finalmente llegaron a una aldea donde había mucha gente, mucha comida, y parecía que estaban celebrando algo.
La niña fue a preguntar si alguno de ellos eran sus padres, pero no hubo suerte.
Volvieron a la cueva donde estaban viviendo y la chica dijo que no hacía falta que se preocuparan por ella, que se quedaba con ellos.
Años después la niña de 13 años de edad creció y se convirtió en una mujer de 18. Donde estaba ella era feliz y tenía de todo, habia veces que se acordaba de familia pero quiso quedarse con sus amigos y no ir a buscar a sus padres, porque podrían estar muertos.
Finalmente la nombraron jefa de la aldea y ella se puso muy contenta y vivió feliz el resto de su vida.
FIN
Andrea Ferrer Llata
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